PROFESORADO PARA LA EDUCACIÓN SECUNDARIA EN QUIMICA

FUNDAMENTOS EPISTEMOLÓGICOS

 

Debe entenderse el conocimiento como construcción, es decir como producto de un proceso de elaboración y/o reelaboración individual, pero fundamentalmente social, que requiere necesariamente de una elaboración del individuo inmerso en la sociedad. Es decir, “el conocimiento no es una sumatoria de saberes sino el producto objetivado y siempre contradictorio de procesos sociales, históricos, culturales y psicológicos” (Entel), que sólo es posible gracias a la práctica social del individuo.

El conocimiento científico es relativo a sus condiciones históricas de producción y a formas y estilos de su construcción. Esta relatividad del conocimiento científico pone en juego elementos de la lógica racional, pero también aspectos ligados a lo imaginativo, a lo emocional, a los modos de observar; vislumbrándose la creación científica como un proceso mucho más rico y complejo, que no se limita a concebir la mera reproducción de los resultados.

La investigación científica es el resultado de un complejo entramado de variables filosóficas, ideológicas, sociales, económicas, políticas, de pasiones y motivaciones personales, de aciertos y errores, de obstáculos y tentativas fallidas dentro de un contexto sociocultural que promueve o inhibe la tarea del científico y de su comunidad.

Es importante reconocer el conocimiento científico como proceso de creación permanente que se logra por medio de un trabajo constructivo en continua confrontación con otros y con los propios procesos de la realidad. En relación con esto es necesario recalcar el valor de introducir la variable histórica como elemento interno al propio desarrollo del conocimiento, siempre abierto al cambio y a la intervención creadora de los sujetos que investigan.

Abordar la tarea de determinar la naturaleza, los métodos y las posibilidades de la ciencia es hoy  una empresa de gran complejidad dada las controversias generadas por las distintas  tendencias epistemológicas actuales que debaten, a veces furiosamente, acerca de esas temáticas.

Ante cualquier teoría científica el epistemólogo se pregunta por su aparición como fenómeno histórico, social o psicológico, por qué hay que considerarla como buena o mala, o cuáles son los criterios para decidir si una teoría es mejor o peor que otra.

En sentido estricto, la epistemología es el estudio de las condiciones de producción y de validación del conocimiento científico. Se refiere exclusivamente a los problemas del conocimiento científico tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a su obtención, y los criterios con los cuales se lo justifica o invalida.

La producción se refiere al modo en que se construye el conocimiento, en relación con factores sociales, políticos, económicos, psicológicos, ideológicos, estéticos; la validación se vincula con la justificación del conocimiento, con  primacía lógico-lingüística.

En el campo específico del conocimiento científico se reconocen dos contextos:

3        De descubrimiento: considerado de índole empírico-descriptiva, se ocupa de los procesos reales del pensamiento y analiza el modo en que se descubren las hipótesis.

3        De justificación: es primordialmente normativo, relativo a una lógica del conocimiento; hace referencia a la validación de las hipótesis y a los métodos empleados.

Klimovsky agrega a éstos un tercer contexto:

3        De aplicación: vinculado con las aplicaciones de la ciencia, con lo tecnológico.

Al explicar la evolución de las ciencias, el epistemólogo Kuhn emplea el concepto de paradigma para designar el conjunto de elementos que guían la actividad científica; entre esos componentes se hallan: las leyes y supuestos teóricos, las maneras de aplicar las leyes a las distintas situaciones, el instrumental y las técnicas instrumentales, algunos principios metafísicos muy generales que orientan el trabajo del científico dentro del paradigma a modo de cosmovisión.

Un paradigma aceptado por la comunidad científica sirve para organizar y estructurar la investigación.

La evolución del conocimiento humano no es tan lineal como aparenta o como se pretendió hacer creer. A medida que la ciencia progresa se plantean a menudo  interrogantes más complejos  y se deben cambiar, modificar o  abandonar aquellos conceptos en los que alguna vez se creyó. Este proceso de cambio no es tan sencillo dado que para que una teoría se imponga no basta con que sea coherente, racional y bien fundamentada por los hechos, sino que su aceptación es un proceso laborioso e incluso violento.

Las teorías científicas no son inamovibles. A veces tienen corta vida y son reemplazadas por otras, ya se trate de un simple perfeccionamiento de las existentes o bien de sustituciones revolucionarias, constituidas a partir de ideas totalmente novedosas y hasta incompatibles con las anteriores. Ello se debe a que la comunidad científica, en su intento de comprender la realidad, ha cambiado de paradigma.

Cabe preguntarse por qué se cree que una teoría es adecuada o inadecuada, mejor o peor que otra. Pareciera que el elemento de control es la concordancia o no de la teoría con observaciones de la base empírica. Pero la base empírica se ha ido modificando a lo largo de la historia debido al surgimiento de nuevos procedimientos técnicos que nos permiten observar de distinta manera; por tanto, los elementos de control para la ciencia se modifican consecuentemente y la historia de la base empírica repercute también en la historia de las teorías científicas.

Los resultados científicos son más bien los modelos corrientemente admitidos por la comunidad científica y estabilizados en su seno; tienen pues un carácter socio-histórico. No se trata de verdades absolutas sino de aquellas que una comunidad específica ha construido.

La ciencia ha evolucionado  conjuntamente con el progreso social y tecnológico. La tríada Ciencia-Teconología-Sociedad se ha sustentado en distintos ejes de valor, entre ellos, el económico, el político, el social y el humanista que incidieron en la producción  científica de cada época.

Existen diversas perspectivas de la actividad científica, ya que si bien es cierto existen puntos en común entre las actividades que desempeñan los científicos de distintas ramas, pueden distinguirse diferentes enfoques de esa actividad. Pueden establecer distinciones entre:

w        Ciencias formales y ciencias fácticas. Ciencias formales son aquellas que se fundan en uno o varios sistemas axiomáticos formales, como la matemática y la lógica. Dichas ciencias prescinden de los  hechos del mundo para decidir acerca de la validez de sus afirmaciones. La validez de sus expresiones queda asegurada si ellas se han deducido de otras expresiones que se aceptan como formalmente válidas. Ciencias fácticas son aquellas que se refieren a entidades de la naturaleza y deben recurrir al veredicto de la experiencia para conjeturar acerca de la verdad o falsedad de sus enunciados.

Las ciencias fácticas necesitan de las ciencias formales, y éstas en sí mismas carecen de utilidad, salvo cuando se aplican a las ciencias fácticas. Ambas se integran, se ayudan mutuamente.

w        Ciencia pura y ciencia aplicada. Quienes hacen ciencia pura investigan con el único objetivo de obtener nuevos conocimientos, en cambio los que investigan en ciencia aplicada estudian solamente problemas de interés social.

w        Dentro del trabajo científico es posible distinguir entre la actividad teórica y la actividad experimental. Existe una realimentación continua entre la actividad teórica y la experimental de la ciencia. El científico teórico se nutre de las leyes empíricas provistas por el experimentador para intentar organizar una red teórica. A su vez, el científico experimental deberá contrastar las consecuencias de las leyes que forman parte de dicha teoría. Además el científico experimental necesita teorías o hipótesis subyacentes que son las que guiarán su observación.

La producción de saberes científicos no es un proceso puramente teórico, ni siquiera teórico-experimental: ella pone en juego seres humanos concretos, ubicados dentro de instituciones, en una cultura y en una historia. Los métodos científicos implican, más allá de los conceptos teóricos, la puesta a punto de equipos de trabajo, la movilización de recursos humanos y económicos, un capital humano y social, así como una gestión de todo esto, a menudo en el medio de numerosos conflictos.

Las Ciencias Naturales,  que son eje de la orientación de la carrera, se diferencian de las demás en que centran su investigación en el mundo natural; también se distinguen por la manera en que llevan a cabo su búsqueda del conocimiento, lo concretan a través de la observación, la formulación de hipótesis, la predicción y la demostración de la teoría. Hoy es generalizada la aceptación de que el método científico, como tal, no existe. Si bien las ciencias fácticas tienen una cierta estrategia común, tienen de suyo derecho a la utilización de metodologías particulares, múltiples y rigurosas, acordes con el objeto de estudio y con los problemas que investigan.

La Química, disciplina que ocupa el campo mayor de la formación en la carrera, tiene estrechas relaciones no sólo con otras disciplinas de su área, sino con otros campos del saber como:

w        la Matemática: que le aporta instrumentos para traducir e interpretar los fenómenos reales mediante el uso de fórmulas y cálculos matemáticos.

w        las Ciencias Sociales: proporcionan una visión histórica acerca de la evolución de la química y su impacto en la calidad de vida, la salud y el ambiente; y el enfoque humanístico  y ético que debe orientar la aplicación de los productos químicos.

w        la Tecnología : provee del instrumental necesario para los análisis químicos.

¿Qué importancia adquiere la epistemología para la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias?

Para lograr la alfabetización científica y técnica la escuela debe crear  condiciones y situaciones pedagógicas que permitan el desarrollo de la capacidad de estudiantes, docentes y de todos los miembros de una institución, para participar en la producción de saberes y en la interpretación y transformación de códigos culturales histórica y socialmente producidos.

La alfabetización científica supone reconocer el origen de la ciencia y comprender que el saber científico es provisorio y sujeto al cambio según el grado de acumulación de los resultados. Las ciencias están sujetas al cambio, tanto por sus interacciones con una historia humana y social como por sus correspondencias con el mundo de las cosas.

Una alfabetización científico-técnica debe pasar por una enseñanza de las ciencias en su contexto y no como una verdad que fuera un mero fin en sí misma. Significa que se tendrá conciencia de que las teorías y modelos científicos no son nunca bien comprendidos si no se capta por qué, en vías de qué, y para quién se han inventado.

Una formación en epistemología es hoy indispensable. La alfabetización científico-técnica supone, en los docentes, una epistemología renovada, en el sentido de un constructivismo consecuente. Se trata de ver cómo la teorización científica nace en una situación y extrae su validez de la capacidad que le confiere para representarse un contexto de una manera adecuada y fecunda con referencia a los proyectos de acción y de comunicación que se tengan.

Desde un enfoque epistemológico se intentará que los estudiantes adquieran una imagen de la ciencia más ajustada a la realidad del trabajo científico, y logren comprender cómo se construyen las ciencias y los saberes en nuestra sociedad, cómo las ciencias y las tecnologías han nacido dentro de una historia humana de la cual forman parte.

El soporte epistemológico  proporcionará instrumentos críticos y  dotará de las fundamentaciones de las elecciones teóricas. Sobre todo,  proporcionará una visión de las ciencias, de la objetividad y la verdad, no como resultados absolutos, universales, inmutables, dados para siempre, sino como productos sociales relativos. Mediante la educación hay que hacer comprender  la relatividad de las producciones intelectuales.

Pese a las diferencias que provienen de distintas  posturas epistemológicas, al  referirse a la ciencia los científicos plantean en general tres acepciones integradas y complementarias; ellas son:

1.       Ciencia como cuerpo de conocimientos conceptuales, como producto objetivado de la actividad humana de producción social e histórica de conocimientos.

2.       Ciencia como proceso o modo particular de producir conocimiento. En este sentido ciencia como estrategia empleada  en la producción de conocimientos.

3.       Ciencia como actitud del sujeto que conoce, tanto frente al conocimiento que produce como al modo en que lo produce.

Por tanto al hablar de conocimiento científico se alude a las tres dimensiones descritas: ciencia como cuerpo conceptual, metodológico y actitudinal.

Esta conceptualización del conocimiento científico en tres dimensiones es la que nos permite pensar en tres tipos de contenidos presentes en la enseñanza de la ciencia; ellos son:

w        Contenidos conceptuales: exige del docente un acrecentamiento de conocimientos actualizados acerca de la disciplina que enseña, y el acceso a fuentes válidas de información científica.

w        Contenidos metodológicos (procedimentales): exige que los docentes conozcan y reflexionen acerca del modo en que los científicos  producen conocimiento para enseñar contenidos procedimentales y modos de validación  relacionados con los mismos.

w        Contenidos actitudinales: exige la selección y aplicación de formas de trabajo que contribuyan a formar la actitud científica en los estudiantes.

En la enseñanza de las disciplinas que constituyen el Profesorado de EGB 3 y Educación Polimodal en Química se promoverá:

v        La apropiación de contenidos disciplinares contextualizados dentro del marco socio-histórico  en el que se originaron, y que repercutió necesariamente sobre el trabajo científico.

v        La selección y empleo de estrategias de enseñanza coherentes con los modos de producción y de validación del conocimiento científico.

v        La formación de: – actitudes propias del quehacer científico, y  de

                – la conciencia colectiva y la cooperación para  valorar y preservar el  ambiente.